En 1808, el pueblo español y madrileño se levantó frente a la invasión extranjera de Napoleón en defensa de lo que era y sigue siendo, mal que les pese a algunos, una gran Nación, Nación de longeva historia que hoy pretenden desmembrar los actuales socios de Sánchez. Pero la Moncloa bien vale pactar con el mismísimo diablo del tiro en la nuca y el del supremacismo nacionalista más rancio y trasnochado. Entonces, en 1808, eran las tropas napoleónicas quienes quisieron acabar con la libertad de un pueblo madrileño y de una Nación orgullosa. Ese mismo pueblo de Madrid decide el próximo día cuatro, entre la libertad y el social comunismo que Sánchez e Iglesias pretenden imponer con puño de hierro y a cualquier precio en toda España. Se trata de la misma lucha por la libertad que levantó a aquel pueblo orgulloso hace 200 años y que hoy hace de Madrid la pieza a cobrar por quienes pretenden imponernos el social comunismo más rancio y totalitario.

MADRID, UN MODELO DE LIBERTAD

Libertad de las familias para poder escoger el Colegio y la educación de sus hijos acorde a sus principios, libertad para elegir centro educativo concertado o no, libertad para escoger médico o enfermero, libertad para poder morirse en paz sin dejar una deuda asfixiante con hacienda a tus hijos, libertad para donar tus ahorros de una vida, pocos o muchos, sin que te esquilmen, libertad para rotular en la lengua que te dé la gana y que la gente demande, libertad para defender ideas sin ser señalado y perseguido, libertad para abrir y cerrar la persiana del pequeño negocio cuando el dueño quiera, la libertad en definitiva que la izquierda odia y persigue porque va en contra de su ADN y porque supone un modelo de prosperidad antagónico a la pobreza para todos que la izquierda propugna y exporta.

Madrid es también la Comunidad cosmopolita que acoge a todos en libertad sin importar origen y que, con los impuestos más bajos de España, es la que más recauda y la que más aporta en solidaridad al resto sin jamás plantear el “España nos roba”.

LOS TRES DIQUES FRENTE AL COMUNISMO

Ya dijimos en su día que tres son los diques de contención ante el absolutismo despótico y la deriva socio comunista de Sánchez e Iglesias. El primero el Rey, al cual han atacado y ninguneado de forma inmisericorde desde el gobierno, el segundo la justicia, que ha tenido que recurrir a Europa para ser defendida de la última cacicada del gobierno y en tercer lugar Madrid y sus políticas abiertas y de libertad, de bajos impuestos, facilitadora de la actividad empresarial que retrata como en un espejo y por contraposición la triste realidad del socialismo desde hace más de 20 años. Es esa y no otra la razón por la cual la izquierda está dispuesta a todo para hacerse con Madrid, razón por la que hemos asistido estos días a burdas mentiras del candidato socialista, desmentidas a las pocas horas por el propio Ministerio de Sanidad, a maquiavélicas acusaciones vertidas por el propio Sánchez en ruedas de prensa internacionales y me atrevería a decir que a burdos montajes al más puro estilo Torrente de unas balas de hace 30 años que misteriosamente se saltaron todos los controles de seguridad para llegar al mismísimo Ministerio del Interior y a la casa del Vicepresidente del Gobierno, custodiada, por cierto, por 26 guardias civiles y escoltas. Además de surrealista, es grotesco que aquellos que nos han mentido a la cara a todos los españoles en tantas ocasiones, se muestren indignados porque se ponga en duda la veracidad de sus versiones, bastante inverosímiles por cierto. ¿No es casualidad que a pocos días de las elecciones, circulen cartas con balas por correos como «Pedro por su casa» sin que ningún escáner los detecte plantándose en el mismo despacho del Ministerio del Interior? Al respecto ya saben ustedes que el famoso “Cui prodest”, (¿A quién beneficia?), es el  interrogante que establece quién obtiene beneficio de la autoría de un hecho y que es considerado como un principio esencial en el Derecho Romano. Pregúntense ustedes entonces el “Cui prodest” de este sainete epistolar y quizá lleguen a la misma conclusión que quien escribe estas líneas. Pero no, los fascistas no son aquellos que tiran piedras y adoquines contra los mítines de un partido político en pleno periodo electoral, sino que lo somos todos aquellos que nos atrevemos a poner en duda las versiones de aquellos que nos han mentido y han manipulado hasta la saciedad desde el aparato del Estado aplicando el sectarismo a las más altas instituciones del mismo. Hasta el mismo BOE o la propia Fiscalía General del Estado están ya manchados de demagogia y propaganda política y aun así nos piden fe ciega en las versiones que estos aprendices de Torrente nos dan desde su atalaya apoyada por aquellos que descerrajaban tiros en la nuca o aquellos otros que en la más burda versión del supremacismo de raza, dejan a las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles sin protección mientras se la dan a los homólogos catalanes.

Queridos convecinos de Madrid, el próximo día cuatro voten sin falta. Hagan el pequeño esfuerzo de ejercer su derecho democrático. Manifiesten claramente, como se hizo hace 200 años en Madrid, su firme apuesta por la libertad y la democracia. No queremos el modelo comunista y bolivariano que tanto daño ha hecho en el pasado para Madrid ni para España. Queremos seguir pudiendo elegir libremente la educación de nuestros hijos sin que los adoctrinen, seguir escogiendo, sus escuelas, nuestro modelo de sociedad abierta, libre y plural. Es nuestra gran oportunidad para decirle claramente a Sánchez e Iglesias que ya está bien de atacar Madrid simplemente porque les retrata ante el espejo de la mediocridad.

 

 

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