El pasado 7 de junio, el BCE sorprendió con un documento técnico en donde se elogiaba la política de tipos negativos en el sistema financiero. El documento concluye que los clientes paguen por que el banco les guarde sus ahorros y los ciudadanos se endeuden prácticamente gratis resulta una política buena y eficaz para todos. La consecuencia de esto será un mundo en deuda donde, al contrario que en la fábula, la cigarra vence a la hormiga.

Es curioso que durante la gran crisis que se inició en el 2008, muchos culparon a los bancos de haber incentivado demasiado a la gente a endeudarse, deudas que luego la gente no pudo pagar. La responsabilidad de los muchos que firmaron esas hipotecas parecía no existir. El culpable eran los bancos que les obligaron a firmar. Ahora, increíblemente es el BCE el que, con una política de tipos negativos, está incentivando a particulares, empresas y estados a endeudarse cada vez más y más.

¿Por qué el BCE está empeñado en incentivar la deuda?

Todo el sistema económico actual está basado en el consumo, pero el consumo tiene actualmente un problema muy importante para poder mantenerse en el futuro. La población envejece a marchas forzadas y los mayores son los que menos consumen. Todo lo contrario, estos generan déficit al estado ya que el estado ha de abonar sus pensiones y no aumentan el consumo en la economía. Un jubilado no se compra una casa ni un coche y no cambia de móvil al último Iphone cada año. Si la parte de la sociedad con capacidad para mantener altas tasas de consumo disminuye, la única manera de que éste no decrezca es incentivarles a endeudarse. Habrá menos jóvenes y gente de mediana edad pero estos tendrán 3 veces más capacidad de gasto gracias a la deuda. Se les adelanta dinero de rentas futuras para que lo gasten hoy y que el consumo no se desplome. De lo que no se dan cuenta es que sus rentas futuras se quedan así sin la capacidad de generar consumo futuro.

La segunda razón de esta extraña política monetaria radica en que los estados occidentales necesitan endeudarse para pagar la gigantesca carga de las pensiones y sus estructuras burocráticas faraónicas. El progresivo envejecimiento de la población hace que en España por ejemplo, las pensiones suponen ya 150.000 millones de euros al año, el 41% de todo el presupuesto nacional. Como los actuales cotizantes, cada vez menos, ya no son capaces de pagar las pensiones de los actuales pensionistas cada vez más (actualmente el desequilibrio ronda los 20.000 millones de euros) la solución para salir del paso de forma muy perentoria es que los estados paguen esas pensiones con deuda pública y para ello necesitan tipos de interés lo más bajos posibles.

La otra cara de la moneda

Si los bancos van a darnos dinero por endeudarnos, es lógico que nos pidan dinero por dejarles nuestros ahorros. Tiene sentido. De lo que se trata es de forzar a la gente a gastar y a consumir evitando el dinero ocioso. Hay que penalizar el ahorro y fomentar el gasto con deuda, con ingresos futuros. Se premia a las cigarras y se castiga a las hormigas. Lo contrario de la fábula enseñada por nuestros abuelos.

El BCE en su reciente informe afirma sorprendentemente que, a pesar de que los bancos cobren dinero en el futuro a los depósitos, estos se seguirán produciendo. El dinero no se dejará en casa ¿Cómo es ello posible? Pues gracias a la represión que empieza a haber al dinero en metálico. En España está ya prohibido pagar en metálico cualquier cosa por encima de 2500 euros. Te obligan así a tener el dinero si o si en las cuentas corrientes y depósitos bancarios. Cerramos así el ciclo, obligamos a la gente a tener el dinero sobrante en el banco aunque sea  a costa de pagar al banco.

¿De verdad hay quien paga por dejar su dinero en el banco?

De hecho, la existencia de tipos negativos afecta ya a alrededor del  5% de los depósitos totales y cerca del 20% de los depósitos corporativos en la zona del euro en su conjunto.  En Alemania, los depósitos remunerados por debajo de cero representan el 15% del total de depósitos y alrededor del 50% de depósitos de empresas, lo que reflejaría que los efectos de esta política monetaria son ya muy relevantes.

Pero si lo que haces en lugar de depositar el dinero en el banco es depositarlo en un bono estatal, por ejemplo el alemán o el Español, lo que va a ocurrir es que cuando el bono venza te van a devolver menos dinero que el que en su día invertiste. ¿Increíble verdad?

¿Cuáles serán las consecuencias de los tipos negativos? La próxima gran crisis

El resultado de incentivar que estados, empresas y particulares se endeuden con tipos tan bajos o incluso negativos son otra vez deudas gigantescas y enfermizas. La deuda global triplica actualmente a la de hace 20 años y duplica a la de hace tan solo 10 años. El nivel de deuda pública de la mayoría de los estados occidentales está en máximos, pero paradójicamente, estos se financian con tipos cero o negativos. EL BCE lo logra mediante la compra masiva de deuda pública emitida por los propios estados. ¿Increíble verdad? Los estados gastan mucho más de lo que ingresan y para cubrir ese agujero, piden dinero prestado mediante emisiones de títulos que compra el BCE. Parece un burdo truco de mal mago para engañarse a  si mismo.

¿Cómo acabará todo esto?

Una gran mayoría de los estados occidentales se han convertido en una máquina de déficit. Año tras año gastan mucho más de lo que ingresan. En Europa por ejemplo Francia, Italia, España llevan décadas con déficit estructural. Hasta ahora esa diferencia la han cubierto con deuda pública. Por eso necesitan de tipos tan bajos y por eso necesitan que esa deuda la compre el BCE. Pero ese dinero que se presta ha de salir de algún sitio, o bien es dinero que ha de poner un prestamista, básicamente Alemania, o bien es dinero nuevo que se imprime para ponerlo a disposición de los estados morosos. Ambas soluciones concurren en un final nefasto.

¿Por qué tarde o temprano los tipos subirán?

La razón es muy sencilla y no es nueva. Es algo que ha ocurrido ya muchas veces a lo largo de la historia coincidiendo con la decadencia de sociedades. Se llama inflación galopante y habrá de ser el invitado que se presentará a la fiesta actual de la deuda.

En mi opinión, la verdadera causa del fin del imperio romano, como de su civilización no fueron los bárbaros, sino los propios emperadores romanos, que dinamitaron su propio sistema aplicando recetas económicas muy similares a las actuales.

El enorme déficit del estado romano obligó a subir los impuestos sobre las herencias, las rentas del trabajo, los latifundios…pero lo recaudado no fue suficiente.

A falta de una máquina de imprimir billetes, se les ocurrió pagar la deuda creciente fabricando más monedas con una menor cantidad de plata. Los sucesivos emperadores romanos empezaron a acuñar cada vez más monedas con cada vez menos plata

Finalmente los precios se dispararon y con ellos los gastos del propio estado obligado a fabricar más monedas. Al final el contenido de plata del denario era ínfimo y finalmente ni el propio ejército romano quería cobrar en denarios. El denario no valía nada.

En la república de Weimar pasó algo parecido entre los años 1921 y 1923. La impresión de marcos sin respaldo en oro por parte de Alemania para intentar saldar sus cuentas públicas además de sus deudas por la guerra, terminó en una hiperinflación de la moneda. La gente terminó comprando una barra de pan con 200 millones de marcos que trasladaban en carretillas.

Los países deudores ya no querían cobrar su deuda en marcos que ya no valía nada. Querían materias primas por lo que invadieron la zona industrial de Alemania, el Rhur para apropiarse de ellas.

CONCLUSION

Hace ya años que se dijo que las deudas públicas no se pagaban, sino que se refinanciaban, para seguir la política de la patada para adelante, para seguir aumentándolas necesitan ser refinanciadas con intereses artificialmente bajos, para ello la política monetaria que ha establecido EEUU y sobretodo Europa a través del BCE ha consistido en forzar los tipos a la baja mediante la fijación de estos en cero y ahora en territorio negativo y la compra masiva de deuda pública, pero esto hace que los estados no tengan ningún incentivo en cuadrar sus cuentas sino más bien al contrario, lo tienen en endeudarse más. Tarde o temprano esta montaña de deuda será además de impagable, irrefinanciable y la montaña se desplomará sobre todos los ciudadanos de una manera muy dramática. Cuando un país como Chipre entró en bancarrota, el BCE ordenó la incautación de parte de los depósitos de sus ciudadanos. En Grecia y Portugal las pensiones bajaron más de un 20% ante la crisis de su deuda… Lo que está por venir creo que puede ser una crisis de proporciones épicas, pero los gobernantes y banqueros centrales actuales prefieren mentir a la gente que decirles la verdad. Tarde o temprano alguien habrá de gritar que el Rey está desnudo.

La sociedad actual premia, a diferencia de la fábula de nuestros abuelos, a la cigarra que no atesora, gasta lo que tiene y lo que no tiene también, mientras que a la pobre hormiga se le quita lo que tanto le ha costado atesorar por medio intereses negativos y políticas fiscales confiscatorias. Cada vez habrá menos hormigas y más cigarras. Vamos hacia un mundo en deuda donde la cigarra vence a la hormiga.

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