Querido lector, ojalá no sea tu último verano, pero podría serlo. ¡Es hora de despertar! Después de estos últimos meses, supongo que muchos se habrán dado cuenta ya de que no son inmortales, por más que sigan resistiéndose con todas sus fuerzas a aceptarlo. Siento tener que recordarlo, pero tengo la sensación de que, sorprendentemente, algunos quedan todavía que no se han percatado. Y no se trata de pensar en ello para preocuparse o deprimirse. Al contrario, conviene no olvidarlo para aprovechar cada segundo que la vida nos quiera regalar. Porque la vida, aunque la demos por supuesta, es un regalo que nos es concedido cada día. Y tú, ¿cómo lo vas a vivir?
Dice el Gobierno de España que son 28.403 las personas que han fallecido hasta el momento en nuestro país a causa del Covid-19. A estas alturas todos sabemos ya que ni ellos se creen esta cifra. Y hacen lo posible por no hacerla muy visible. Les invito a que hagan el ejercicio de buscar la cifra total de fallecidos por Covid en España en fuentes oficiales y podrán comprobar por ustedes mismos a qué me refiero. ¿Por qué no querrán dar más visibilidad a la cifra de fallecidos? ¿Dónde quedó la sensibilidad que Pedro Sánchez demostró en la crisis del ébola, en la que no hubo ningún fallecido en nuestro país? Perdón, se sacrificó a un perro. En este caso el propio Pedro Sánchez, la izquierda en general y sus medios cómplices comentaron hasta la saciedad lo inadmisible de este resultado por la gestión de la crisis del ébola. En la triste tragedia del 11-M, los medios publicaron durante muchos días imágenes e historias de muchas de las víctimas. Contrasta este tratamiento con el que hemos visto en esta crisis del coronavirus, en la que los nombres de los fallecidos, sus historias, sus sufrimientos y los de sus familias quedan escondidos detrás de un número claramente manipulado a la baja. Me pregunto por qué este tratamiento tan diferente por parte de los medios.
Pero no quiero seguir, por si acaso. Sólo diré que tengo más miedo a este Gobierno que al coronavirus. Al menos el virus no engaña a nadie ni persigue a nadie por expresar su opinión, y para mí la honestidad y el respeto, aunque no estén de moda, siguen siendo valores fundamentales. Por cierto, tampoco hablaré de los recientes festejos del Orgullo LGTB, por si acaso. Ya me entienden.
Pero volvamos a la cuestión que les planteaba. Este verano no es un verano cualquiera. Venimos de meses muy duros por muchos motivos de sobra conocidos. Y no sabemos lo que nos encontraremos a la vuelta del verano. Sea como sea, será un verano especial, seguramente inolvidable. No lo vivamos sin más, sino parémonos a pensar cómo podemos vivirlo de la mejor manera, a pesar de las dificultades debidas a causas tanto sanitarias como económicas. Querría compartir con ustedes algunas recomendaciones:
1 – Fortalecer el sistema inmunitario con hábitos saludables. Entre éstos, destacaría la importancia del descanso. Hemos sufrido meses muy difíciles y necesitamos descansar de verdad. Dormir: por la noche, por el día… lo que a cada uno le guste más, pero descansar. Muchos tendrán que trabajar, pero muchos también tendrán algunos días de vacaciones. No intentemos hacer un millón de planes por segundo, ni pasar las horas contemplando pantallas en forma de TV, Google, Instagram, Facebook, WhatsApp… En su lugar, recuperemos nuestra querida siesta, además de la dieta mediterránea y la actividad física moderada (bastan 30 minutos andando cada día).
2 – Dedicarse tiempo a uno mismo. Importante no confundirlo con mirarse el ombligo. Después de un tiempo de convivencia intensa, o de soledad intensa, en un entorno ahora más favorable, conviene tener un tiempo para disfrutar de una buena lectura, y para pensar. Creo que esto puede ser muy útil para afrontar el verano y sobre todo la vuelta en las mejores condiciones. Algunas preguntas sobre las que reflexionar podrían ser: “¿Qué es lo que más me ha costado durante el confinamiento?”, “¿Qué cambiaría ante un posible nuevo confinamiento?” Si uno ha tenido problemas de convivencia, puede plantearse acciones que le ayuden a que ésta sea mejor. Si se ha sentido solo, ver por qué y qué puede hacer para paliar esa soledad. Ante posibles problemas laborales, ¿qué opciones tengo? ¿Cómo puedo prepararme de la mejor manera?
3 – Hacer una lista de las personas más importantes en la vida de cada uno, y para al menos 3 de la lista, hacer algo por ellas este verano que sirva para enriquecer esa relación. Pueden ser cosas sencillas, pero les aconsejo que no dejen de hacerlas. Hay muchísima más alegría en dar que en recibir, y no es una frase hecha.
4 – Decir a nuestros seres queridos lo que les queremos y les apreciamos.
5 – Tener paciencia en la convivencia. Nadie es perfecto, y al igual que soportamos defectos de los demás, ellos también soportan los nuestros. Estos meses han supuesto una tensión muchas veces insoportable en la convivencia. Aprovechemos el verano para curar heridas, para preocuparnos por los demás, para hablar, para disfrutar juntos.
6 – Escribir un diario. Por la mañana o por la noche, o a la hora que mejor le venga a cada uno. Una vez al día, o dos. Pueden ser sólo 3 palabras al día. Pero hay multitud de estudios que afirman que escribir cada día aquello por lo que nos sentimos agradecidos, nos hace más felices. El diario también puede recoger el resultado de nuestras reflexiones.
7 – No quejarse. Tengo la impresión de que la queja es, por desgracia, deporte nacional en nuestro país. Pero les animo a probar, no quejarse tiene resultados sorprendentes. Pueden sustituir la queja por una pregunta: ¿qué puedo hacer ante esta situación para mejorarla?
8 – Si es fumador, plantearse dejar el tabaco. Y si no lo es, ayudarle a alguien a dejarlo. Esto podría ser objeto de otro post. En España mueren cada año alrededor de 50.000 personas por causas atribuibles al tabaco. Considero que la cifra no es nada despreciable. Hemos visto lo que hemos sido capaces de hacer como sociedad para detener la propagación del coronavirus. ¿Qué estamos haciendo o qué vamos a hacer para contener las muertes por tabaco? ¿Por qué aceptamos éstas con tanta naturalidad? ¿Por qué nos hemos acostumbrado? Sabemos que los hijos de fumadores tienen muchas más probabilidades de ser fumadores en la edad adulta. Sabemos que los profesores de los colegios son referentes para nuestros hijos y muchos de ellos son fumadores. ¿Y qué hay de los médicos? ¿No nos estamos jugando también mucho con el tabaco? Te invito a pensar ahora mismo (no lo dejes para más tarde), a ti que estás leyendo esto ahora, qué vas a hacer para reducir las muertes por tabaco en España: para evitar que haya hijos que pierdan a sus padres demasiado pronto, para que tus amigos puedan tener una vida mejor durante más tiempo… Esto, igual que el covid, también es cosa de todos.
Antes de terminar les dejo algunas ideas de posibles lecturas para estas semanas:
– Si aún no lo han leído, “El hombre en busca de sentido” de Victor Frankl
– “Ana Karenina”, de Tolstoi
– “El mundo de ayer”, de Stefan Zweig
– “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, de Marián Rojas Estapé
– “Todo se puede entrenar”, de Toni Nadal
– “Piense y hágase rico”, de Napoleon Hill
– “El talento nunca es suficiente”, de John C. Maxwell
– “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo
Me parece que este verano es especialmente importante cargar las baterías que llegan al límite, y que necesitarán aguantar muchos meses hasta el próximo verano. Ojalá podamos vencer al coronavirus pronto y ojalá les queden aún muchos veranos por delante, pero aunque así fuera, aprovechen éste también, porque es un tesoro.
PD. Si conocen a alguien a quien este artículo pudiera ayudar, por favor no duden en compartirlo. Igualmente, les animo a compartir comentarios con sus ideas para que éste sea un mejor verano para todos. Y sobre todo, me encantaría que pusieran en práctica alguna de las recomendaciones ofrecidas en este artículo, pues estoy segura de que verán los resultados.
Ahora que empiezan mis vacaciones agradezco estas recomedaciones muy utiles en todos los sentidos
!feliz verano!
Me encantan los argumentarios que terminan en un pero… normalmente porque no se los cree ni quien los dice o escribe.
No soy racista, pero, no soy clasista, pero…
Y no hablaré de este festejo o del otro pero lo cito que algo queda. LGTBI+
Feliz verano
Y si, hay que quejarse, con o son cacerolas, manteniendo las distancias y con mascarilla. Y a poder ser sin mancillar con humos nuestro querido cielo. Aunque como el cambio climático no existe.
Lo de recomendar la siesta me ha encantado.
Samanté