Le han llamado comisión de desinformación, pero lo cierto es que es un órgano creado para monitorizar y censurar medios de información y redes sociales. Será esta comisión formada por la guardia pretoriana de Sánchez, la que decida qué es información y qué es desinformación en Internet, qué es verdad y qué es mentira, qué hay que quitar en un plazo de 24 horas y que hay que dejar publicado y todo ello sin el concurso de un juez.

Cualquier ciudadano que se precie debería leer la orden ministerial publicada en el BOE bajo el título “Procedimiento de actuación contra la desinformación”. Se quedaría perplejo ante el tufo a fascismo orwelliano que tiene dicha norma, eso sí, aderezada  con todo tipo de eufemismos y grandilocuentes y vacías frases que esconden tras de si un vulgar intento de control y censura de medios y redes sociales. Ya tenemos el Ministerio de la verdad en España.

Ya advertimos que este Gobierno no iba a parar en su empreño por usurpar los otros poderes del Estado y que también lo intentaría con el llamado cuarto poder, los medios de comunicación. Más allá del actual control que ya existe mediante subvenciones y puestos a dedo (véase el sangrante caso de la administradora “provisional” Rosa María Mateo), este Gobierno pretende ir más lejos arrogándose el derecho de censurar lo que ellos consideren mentira, en medios de comunicación y también en redes sociales.

Sánchez ya intentó hacerse con el máximo órgano judicial. Quería los jueces a la carta y sólo el toque de atención de la UE le obligó a aparcar dicho atentado a la justicia independiente. Ahora lo intenta con los medios y con internet. Tienen además la cara dura de decir que es para preservar la democracia. Con qué descaro se cargan la libertad de expresión en aras de una supuesta preservación de la democracia cuando la verdadera democracia incluye siempre como condición indispensable la libertad de expresión y el derecho a la crítica que ahora están en cuestión.

PERO ¿QUIÉNES COMPONDRÁN EL COMITÉ DE LA VERDAD?

El nuevo comité creado para arrogarse la potestad de decidir lo que es cierto y lo que no lo es, qué es publicable y que no, no está formado por jueces, miembros de la sociedad civil, periodistas o fiscales independientes.. no, estará presidido por Ivan Redondo, el hombre de confianza de Sánchez y responsable de toda su propaganda electoral, el mismo que va a decidir el destino de todos los fondos europeos a diferencia de otras naciones receptoras donde los han dejado en manos de economistas y premios Nóbel. El segundo hombre que controlará el comité será Miguel Ángel Oliver, el mismo que en primavera pretendía filtrar las ruedas de prensa de la Moncloa hasta que la mayoría de los medios se plantaron ante semejante manipulación informativa. Con dicho plantel directivo queda claro que lo que pretende este comité es realmente consagrar el monopolio de la mentira por parte de este Gobierno, amedrentar y amenazar a aquellos medios que somos críticos con su gestión y seguramente acabar con muchos de nosotros. Es posible de hecho que este mismo modesto pero molesto blog, sea una de las próximas víctimas de este comité de la verdad. En cualquier caso y mientras nos dejen, seguiremos luchando contra las medias verdades y mentiras impuestas desde el Poder. No nos van a amedrentar. Si es ese el primer objetivo que la nueva norma pretendía, con nosotros pincharán en hueso.

¿QUÉ ES DESINFORMACIÓN?

Lo primero que este comité debería de estudiar son los muchos bulos y mentiras que este Gobierno ha soltado.

Parodiando a aquellos sublimes versos de Adolfo Bécquer podríamos decir de este Gobierno

¿Qué es desinformación?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es desinformación? ¿Y tú me lo preguntas?

Desinformación… ¡eres tú!

Solo recordar algunos de los más sonados “fakes” que han circulado por periódicos, televisiones y redes provenientes del ámbito institucional….

«Ni yo ni el 95% de los españoles dormiría tranquilo con Podemos en el Gobierno» (Sánchez 19/9/19)

“La tesis del Presidente supera los software de coincidencias” (Moncloa 14/9/18)

“Nosotros creemos que España va a tener, como mucho, algún caso diagnosticado” (Fernando Simón 31/1/20)

“El Gobierno ha sido transparente con la cifra de fallecidos por COVID” (Sánchez 2/7/20)

“No tomamos decisiones políticas sino sanitarias siguiendo el comité de expertos que asesora a este Gobierno” (múltiples veces asegurado por Sánchez, Illa y Simón)

“Las mascarillas no sirven para prevenir contagios. Los ciudadanos sanos no es necesario que usen mascarillas” (Fernando Simón 20/5/20)

“Hemos derrotado al virus. Ha llegado el momento de salir a la calle sin miedo, disfrutar, recuperar el optimismo y reactivar la economía” (Sánchez 4/7/20)

Podría citarles medio centenar más pero se haría demasiado extenso el artículo y no les quiero aburrir. Creo que el hecho de que disfrutamos de Gobierno más mentiroso, con el presidente más embustero es un hecho que pocos españoles pondrán en duda.

Quiero despedirme con una cita de Edmund Burke

«Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada».

Y con el conocido poema de Martin Niemöller

«Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada»

Para llevarles a la reflexión de que esto, queridos lectores, no va ya de derechas o de izquierdas, va de democracia o autoritarismo, va de preservar la libertad de expresión, va de luchar por la libertad de opinión y de crítica incluyendo a los poderes del Estado sin que por ello te amenacen con cerrarte el periódico, la web o incluso arruinarte con sanciones económicas, va de no perder lo esencial que caracteriza a una verdadera y sana democracia que no es sólo el sufragio universal sino también la separación de poderes y la libertad de expresión del ciudadano libre. Si cada ciudadano de bien, quizá por comodidad, quizá por evitar problemas o quizá por no ser señalado, calla y otorga ante los ataques que se producen desde el poder a los principios fundamentales de la verdadera democracia, algún día todos y cada uno de ellos terminarán sufriendo las consecuencias de una tiranía encubierta.

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